Rou muvi
Por Tamara Padrón
Deberíamos ser parte
de una traducción de Anagrama
para que alguien pueda situar
nuestra discusión matutina
por ejemplo,
en un motel de carretera
camino a Iowa
o en cualquier otro punto
apenas visible de la interestatal.
Desde pequeña quise desayunar
huevos estrellados y café negro
servidos a granel
por una mujer de delantal rosa
que no sepa mi nombre
y entonces me diga cariño
y te mire de reojo
porque le recordás demasiado
a cierto patán que no se cansaba
de golpearla.
Ella sabe cuando volver
a llenar mi taza o la tuya
y tan solo ese gesto basta
para recuperar la calma
que no fuimos capaces de tener
por la mañana.
Ahora
nos despedimos en una gasolinera
en el límite del condado
nos alejaremos en millas,
nunca podré hacer la conversión
nunca sabré
cuánto nos alejaremos en realidad.
Otra mala traducción
llena de pollas y coños
nos haría felices de nuevo,
pero no habrá ningún gamberro
dispuesto a colocar estratégicamente
la palabra follar
a mitad de una despedida
Lo que somos
Por Cecilia Fresco
El otoño empieza
calmo y generoso
las flores vuelven pálidas
obstinadas
vuelven sabiendo que no van a ser
ni fragancia ni fruta
más profundas
más fugaces
vuelven para adornar
la levedad del aire que se afina.
Del bosque el sauco
los hongos, la mora, las ciruelas
de nuestra mano los zapallos
las zanahorias, la permanente acelga.
Es tiempo de cosecha
tanto en la vida como en la tierra
todo está cerca del centro, de la cima
todo sucede
con esplendor y miedo.
Herida
Por María Martha Paz
Tengo una herida abierta en la mano izquierda
Es chiquita y profunda
Todos los días
A las 13.17
sangra
Mi herida se abrió
Cuando arreglaba el jardín
Cuando sacaba los yuyos
Y sembraba semillas
Entre un sol gastado de pasto
En un jardín que riego tres veces por día
que alguna vez tuvo rosas, margaritas y lavanda
y que alguna vez será parecido a lo que alguna vez fue
Tengo una herida abierta en el pulgar izquierdo
Que de a ratos sangra historia e histeria
Tengo una herida abierta
que hoy la espuma del Pacífico empezó a cerrar
Cuando pase el temor y temblor
Por Diego Rodríguez Reis
La otra vez
ví un japonés
en un canal de cocina
decía primero
cortar las verduras en filamentos
y después dorar
a fuego moderado
lo cual en principio me pareció
extremadamente barroco
para un programa de televisión
y me quedé pensando
si el tipo hablaba
con verbos en infinitivo
porque así se lo exigía el estilo
canónico de las recetas
o porque su condición de extranjero
y su impericia en el manejo
de nuestro idioma
lo obligaban a hablar
en ese registro
el programa seguía
pero cambié
al canal de música
estaban dando
me verás volver
el último recital de soda stéreo
me quedé mirándolo como media hora
a pesar de haberlo visto ya miles de veces
a pesar de haber estado ahí viéndolo en vivo
en buenos aires
en el dos mil siete
después cambié a la mitad de la canción
cuando pase el temblor
cuando cerati decía
a veces siento temor
lo sé
a veces vergüenza
cambié a una canal
de documentales
hablaban de kierkegaard
juro que justo
hablaban de kierkegaard
decían no sé qué
de temor y temblor
y me dije es mucha coincidencia
sobrepasa las fronteras de la casualidad
que dos palabras tan asociadas a kierkegaard
como temor y temblor
que además forman
el título de uno de sus libros
convivan en una misma canción
y deduje
seguro el autor tiró
esa referencia
velada ahí
fuí
a hojear
mi ejemplar
de ese libro
lo encontré
lleno de marcas
subrayados y anotaciones
me deslumbró esta frase
que ni siquiera recordaba
en estas regiones
es absolutamente inconcebible
encontrar compañeros de viaje
dejé el libro
en su lugar y seguí
mirando la tele había quedado
en un canal de noticias cualquiera
decía
día cincuenta de la cuarentena
llevo
cincuenta días
acá
solo
social obligatoria y preventivamente
aislado
pensé
haciendo
lo mínimo indispensable
la nada misma
me dije
tengo
que hacer algo
entonces me senté
escribí
construí
cociné
este poema
hecho con pedazos de cosas
algunas reales otras inventadas
casi todas robadas
para qué
para leerlo dentro de unos años
y recordarme
convencerme
hacerme creer que yo también
he estado vivo
todo este tiempo
yo sé
que me encontraré
en estas ruinas…
King Crimson
Por Tomás Watkins
Haber sido oreja
o fauces,
cuerpo en furia,
frenética mente,
símbolo guacho
a pesar de toda
la luz disponible,
del ritmo indócil:
espiral y polvo;
razón de no pensar
nada, pensar nada
o dejarse llevar
sin fin, así,
en música gigante,
sonido púrpura,
circular